(Para decirse después del rezo del Rosario durante el mes de octubre)
Recorremos a ti en nuestras dificultades bienaventurado José, después de haber invocado el socorro de tu santísima esposa, solicitamos también con confianza tu santo patrocinio.
Por el afecto que te ha unido a la Virgen Inmaculada, madre de Dios, por el amor paterno con el cual rodeaste al niño Jesús, te suplicamos de mirar con bondad la herencia que Jesucristo ha conquistado con su sangre, y de asistirnos con tu poder y socorrer nuestras necesidades.
Protégenos, o santo guardián de la sagrada familia, la raza elegida de Jesucristo: presérvanos, o padre amantísimo, de toda mancha del error y de la corrupción; Nos seas propicio y asístenos desde lo alto del cielo, oh nuestro poderoso libertador, en el combate que libramos contra la potencia de las tinieblas; y así como tú has arrancado en otra ocasión al niño Jesús del peligro, de la muerte, defiende ahora a la Iglesia santa de Dios contra las acechanzas del enemigo y protégela de toda adversidad.
Concédenos tu perpetua protección de tal forma siguiendo tu ejemplo y sostenidos por tu socorro, podamos vivir santamente; morir piadosamente y obtener la bienaventuranza eterna en el Cielo.
Amen.